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Comenzando

Hablar en público es una habilidad que aparece innata en algunos oradores, mientras que en otros es fruto del conocimiento, estudio y práctica continua de una serie de técnicas que exponemos a continuación. Aunque algunas de las cualidades de la oratoria aparecen con la persona, existen otras que cualquiera puede adquirir con el conocimiento y el entrenamiento necesario. Y los oradores natos sólo conseguirán extraer su potencial expresivo cuando las conozcan y dominen.

  • Mostrar Naturalidad

Una de las mejores técnicas para hablar en público es que siempre seas tú mismo y no interpretar ningún papel, porque esto haría que perdiéramos credibilidad sobre lo que estamos diciendo. Si sois personas alegres, no tenéis que contener vuestro carácter por tratarse de una conferencia seria. Si sois tímidos no tenéis por qué convertiros en personas extrovertidas para hacer vuestra presentación.

No tienes que vestir para sentirse incómodos; para hablar en público no necesitas llevar traje, corbata y zapatos. Si no te gustan, ¡no los lleves! Es mejor vestir un poco informal y no preocuparte durante toda la charla sobre tu ropa.

Eso sí, sé tú mismo, pero respetando a la audiencia que te va a escuchar.

  • Conoce a tu audiencia

Es en lo que más debémos pensar. Son las personas que te van a escuchar y no debes permitir que se aburran. Antes de empezar a preguntarte cómo dirás las cosas, cómo irás vestido, cómo te moverás por el espacio… debes ponerte en la piel “del que escucha”.

¿Por qué está aquí?, ¿qué necesita?, ¿qué espera de mí?, ¿cuánto tiempo tiene? Es importante que te rijas a lo que ellos van a sacar de tu presentación, y no al revés.

Cuidado con la pedantería o la sobreestimación. A veces pecamos al creer que el público sabe de todo de lo que vamos a hablar. ¡Tener mucho cuidado con eso! El público no es omnisciente, así que explica las cosas de forma ordenada y clara, y sin dejarte ningún detalle. Pero procura no pasarte, tu audiencia tampoco es tonta ni quieres que se sientan así.

  • Lo mejor al principio

El uso de una buena frase al principio. Con eso harás que haya más expectación y una mayor predisposición de tu público a escucharte. Puedes usar frases célebres, ideas un poco locas, o una pequeña broma. Aunque vigilado con el uso del humor, ya que es una de las técnicas para hablar en público potentes, pero muy difícil de usar con éxito. No a todo el mundo le hacen reír las mismas cosas.

Empieza de forma positiva, la actitud con la que hables también se transmite al público. Y una pequeña sonrisa no está de más, ya que el público será más afable contigo.

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  • Controlar los nervios

¡El gran dilema! El miedo a hablar en público es una de las fobias más extendidas. Más del 80% de la población reconoce tener pánico a hablar ante grandes concentraciones de gente. Así que tranquilo, si eres uno de ellos no estás solo. Por mucho que he leído acerca del tema, sigo pensando que no existe el remedio perfecto. Es más, muchos de los consejos que aparecen en artículos y libros se contradicen. Así que supongo que cada persona debe encontrar con qué trucos se siente cómodo.

Aunque lo que siempre tienes que tener en cuenta es que si te has preparado bien, y a conciencia, las posibilidades de que algo salga mal son mínimas. Si en algún momento te bloqueas, respira, cuenta hasta 5, bebe agua y retoma tu discurso. Y si nada de eso es suficiente, puedes recurrir al típico “imagina a tu público desnudo”.

  • Preparar la presentación

Tarjetas, un vídeo, material de apoyo, esquemas… y sobre todo práctica, mucha, muchísima práctica. Hablar en público puede ser un don, pero también es algo que se aprende, de eso no te quepa duda. Así que siempre se puede mejorar, y se mejora a través de la preparación y la práctica, “La práctica hace al Maestro”.

Hay gente que practica delante del espejo, otros prefieren grabarse para poder observarse y analizarse después y otros sencillamente realizan su presentación delante de amigos o familiares. En un entorno más amigable suele sernos más fácil ser nosotros mismos y nos ayuda a conseguir seguridad. .. “Adelante Muchos Éxitos”

  1. En algún caso, podemos citar a alguna persona poniendo su nombre al principio de la frase para prevenirle que estamos hablando con ella y que tiene libertad para aceptar la invitación. No debemos sorprendernos en el caso de que no nos conteste. En ese caso, continuaremos con nuestra charla.
    No está demás incluir en la charla, si el auditorio no es muy grande, preguntas sobre la comprensión del contenido. Si éstas se producen, contestaremos brevemente y sin hacer mención a ningún punto que no hayamos tratado hasta ese momento.
    Si se producen preguntas espontáneas de los oyentes, hemos de contestar sin vacilaciones, de forma escueta y procurando no alterar el contenido de la charla. Si vemos que el número de preguntas aumenta y derivan en un debate, lo mejor es transferir la situación hacia el debate final y continuar con la charla.

Objetivos y Metas

Uno de los objetivos que persigue una charla ante un auditorio es convencer o persuadir a los asistentes en una determinada dirección. Pero, si la audiencia está de acuerdo con nosotros no hay necesidad de convencerla. Por ello, es importante disponer favorablemente a la audiencia desde el primer momento. Nuestra presencia, nuestro semblante y las primeras palabras son decisivas en este intento. Si estamos ante un auditorio convencido, hemos de ser prudentes y no recrearnos en lo obvio o conocido. Un exceso de celo, de explicación superficial o una palabra mal dicha puede desanimar a los oyentes ya convencidos.

No debemos recrearnos en lo que le resulta obvio o es sobradamente conocido por todos los presentes. Pero también hay un tope en la cantidad de información nueva que podemos transmitir a la audiencia.

Maneras o Ejemplos

Una buena forma de comenzar un discurso es persuadir a la audiencia del motivo por el que deben escucharnos.

Debemos demostrarle que la solución que ofrecemos podrá solventar el problema que tienen en ese momento.

Muchas veces la persuasión se logra dejando que los oyentes se convenzan a sí mismos de aceptar nuestro punto
de vista. En todo este proceso de persuasión debemos tener en cuenta que el efecto de nuestras palabras se puede ver disminuido por un deficiente lenguaje corporal. Si nuestras palabras dicen una cosa y los gestos la contraria, la audiencia pensará que les estamos engañando. Las personas que se sienten a gusto unos con otros tienden a
adoptar una postura similar y a cambiarla para adaptarse unos a otros. Por muy apasionado que sea nuestro discurso, si no hacemos nada más que hablar continuamente, no llegaremos a convencer a nuestros oyentes. Por ello, conviene programar algunas pausas para invitar a los oyentes a colaborar, aunque sólo sea con su pensamiento.

Si, finalizado el discurso o en una interrupción, observamos que alguien no está convencido de nuestras palabras y vemos que quiere intervenir, debemos escucharle con atención. Aunque sin permitir que nos distraiga la respuesta, el nerviosismo o la pregunta más o menos irritante del interlocutor. Sin dejar de mirarle, debemos demostrarle con nuestros gestos, nuestro interés hacia su planteamiento. Aseveraciones como comprendo, ya veo, etc. servirán para aumentar la sensación. Si el interlocutor demostrara escasa capacidad de palabra o excesivo apasionamiento, no debemos interrumpir nuestro silencio de oyente interesado y, menos aún, caer en la tentación de apuntarles las palabras que busca o terminar la oración por él.

Section 1Introduction
Section 2Speech Technique
Section 3Dos and Don'ts
Section 4Study Your Competitor
Section 5Making A Good Team
Section 6Conclusion